Curtis estaba solo en la vida y pronto comprendió que debía valerse por sí mismo. Para sobrevivir todo vale, así que a los 12 años ya vendía crack por las esquinas de Southside Queens. A los 20, cuando estaba a punto de sacar su primer disco, un asesino a sueldo le metió nueve balas en el cuerpo. Al cabo de unos meses, Curtis estaba de nuevo en la calle. Ahora se llamaba 50 Cent y pronto se convertiría en una estrella del rap.
50 Cent y su actitud temeraria ante la vida son el pretexto que Robert Greene utiliza para hablar de la epidemia de miedo que afecta a la sociedad occidental actual. Los viejos valores se han derrumbado: ya no se trata de ser sólidos como una roca, sino fluidos y cambiantes como el agua. Ahora hay que adaptarse a las nuevas realidades, sin miedo. Ese «sin miedo» implica estar dispuesto a todo para conseguir tus fines: amenazar, engañar, utilizar y manipular a los demás. Todo vale.
