¿Qué cualidades se necesitan para ser un buen jefe?¿Cómo se consiguen la autoridad y la credibilidad necesarias para dirigir de forma efectiva?
Este libro responde a estas y a otras muchas preguntas, y nos recuerda los principios universales que nos permiten colaborar con los demás, ya sea en el trabajo o en el ámbito familiar:
-No hay autoridad sin respeto.
-El respeto no se funda en la imposición ni en el miedo, sino en la integridad, la sinceridad y la empatía con el prójimo.
-No podemos cambiar a nadie, sólo podemos cambiar nosotros mismos.
-El trabajo lo hacen las personas, y no puede hacerse un buen trabajo sin cuidarlas relaciones humanas.
Los principios del liderazgo son tan simples que se nos han olvidado por completo. Confundimos la autoridad con el poder y el respeto con el miedo, lo que lleva a unas relaciones tensas y recelosas entre jefes y subordinados, y a un triste resultado: cuando un equipo trabaja para contentar al jefe, ¿Quién se ocupa realmente del trabajo?