La obra comienza en un barco, con el capitán y su contramaestre intentando evitar el naufragio del navío por la tempestad. Sale a cubierta Alonso, el Rey de Nápoles, para darles a los marineros una orden innecesaria. Entonces el contramaestre les ruega a los nobles que se mantengan bajo cubierta durante la tormenta, para no interrumpir su trabajo.
Sin embargo, Antonio, el usurpador del duque de Milán, y Sebastian, hermano de Alonso, aprovechan para dirigir comentarios sarcásticos y groseros al contramaestre, sin hacer nada para ayudar. Un conjuro llega sobre los que están a bordo y los marineros huyen desesperados. Los nobles declaran que sin los marineros todo está perdido, y se van debajo de cubierta para despedirse de su Rey.
