Para muchos observadores, la revolución China constituye el hecho político más importante del siglo XX y sobrepasa en trascendencia a la revolución rusa. La obra de Payne pone en evidencia el nexo irrompible que une a Mao con la revolución comunista China, la cual habría sido sin él tan diferente como podría serlo la revolución rusa de no haber intervenido en ella Lenin.