En El miedo a la libertad, Erich Fromm analiza la paradoja del hombre moderno, quien, tras liberarse de las ataduras de las sociedades tradicionales, se enfrenta a una nueva inseguridad y un profundo sentimiento de aislamiento. Fromm argumenta que este miedo a la libertad lleva a las personas a buscar mecanismos de evasión, como el autoritarismo (someterse a una autoridad externa), la destructividad (eliminar al mundo exterior) y la conformidad destructiva (adoptar la identidad de la masa).
El autor utiliza el ascenso del nazismo como un ejemplo extremo de cómo estos miedos pueden manifestarse a gran escala en una sociedad, demostrando que la verdadera libertad no reside en escapar, sino en la capacidad de ser uno mismo a través del amor, el trabajo creativo y la espontaneidad.
