Según Epicuro en El Arte de la Felicidad, la felicidad consiste en alcanzar la ataraxia (tranquilidad) y la aponía (ausencia de dolor físico) a través de la búsqueda de placeres racionales y naturales, la moderación de deseos innecesarios y el descarte de temores irracionales como el de los dioses y la muerte. La filosofía epicúrea promueve un estilo de vida prudente, donde se sopesan los placeres futuros y se valora la amistad y la vida simple para lograr un estado duradero de serenidad y satisfacción.
